La de ayer era una noche esperada: Sidonie presentaba en Barcelona su último y exitoso disco, "El Incendio". Desde su aparición, las críticas han sido muchas y diversas: que si se reinventan, que si se sinceran, que si pierden esencia, que si se vuelven comerciales. Ayer viernes era el momento de comprobar cómo se plasmaban en directo estos nuevos temas, de calar en qué punto se encuentran como banda. Con estas expectativas, dio comienzo el concierto.
La noche se abrió con la actuación previa de Alondra Bentley, cantautora que presentó temas de su álbum debut "Ashfield Avenue". A pesar de que su voz sonó clara y más estable que en la grabación, no fue su momento. Acompañada únicamente por su guitarra, sus canciones no llegaron a seducir a un público ávido de rock, que no estuvo muy por la labor del folk cándido y austero que presentaba la inglesa afincada en Murcia. Alondra, consciente de ello, tal y como se apreciaba en su expresión cada vez más seria, lo dejó claro al final de su actuación: "Ahora presentaré mi último tema; así dejo que sigáis hablando". Una lástima, dado que su música es perfectamente válida y evocadora, pero quizás no fue el contexto más adecuado para ella.
Tras los tres cuartos de hora de actuación de Bentley, a eso de las diez menos cuarto (muy puntualmente, todo hay que decirlo), hicieron su aparición el trío barcelonés Sidonie, acompañados de Vicen Martínez a la guitarra y Valdo en los teclados. Durante algo más de hora y media, presentaron un recorrido musical por sus trabajos, centrándose en "El Incendio", claro está, del que intepretaron diez de los doce temas que lo componen. La Sombra o A la vera del mar, de los más coreados; Viva el loco que inventó el amor o Nueva York, de los más bailados. A su vez, recuperaron canciones de su anterior álbum "Costa Azul", tales como Sylvia, o Nuestro baile del viernes, que fue la elegida para abrir la actuación, todo un acierto. El sonido fue limpio y compacto, y aunque hubo pequeños patinazos en la ejecución, estuvieron bien solventados por el grupo, que con ello demostró las horas y horas de ensayo conjunto que llevan a sus espaldas.
Un Giraluna que hizo arrodillarse al público del Apolo mientras Marc cantaba abriéndose paso entre los improvisados "girasoles", un En mi garganta presentado en un impecable formato acústico, un Axel histriónico y divertido que asumía protagonismo sin decir una sola palabra; sin olvidar las concesiones a sus orígenes anglófonos y más psicodélicos, como On the sofa, Sidonie goes to Varanasi o un Sidonie goes to Moog que presentaron en una versión desquiciada y potente, alejada y crecida en relación a la original, presente en su primer álbum. Precisamente con este tema, los barceloneses pusieron fin a una noche en la que disfrutaron haciendo buena música, independientemente de los registros usados; estilos que demostraron no son más que piezas diversas de un puzzle que hacen encajar a la perfección.
3 comentarios:
Me encanta la del Giraluna ^^
"A pesar de que su voz sonó clara y más estable que en la grabación"???????? QUEEEE......??? Tío dedícate a otra cosa, en vez de escribir crónicas sobre conciertos y discos. El disco de Alondra Bentley es INCREIBLE!!! y su voz perfecta, vete al otorrino que te examine ese oído amigo.Está claro que no se hizo la miel para la boca del asno.
Saludos, Juanjo!
Gracias por dedicarnos tu atención. Obviamente, cada uno tiene sus opiniones. Lástima la sorna que desprende tu mensaje. Desde aquí, seguiremos haciendo nuestro trabajo. Es en lo que creemos.
Hasta pronto!
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