Saludos!
Llevo unos días sin escribir. En ellos he vivido algunas experiencias de aquellas que guarda una en su cajoncito privado y que de vez en cuando recupera para sonreír un rato. Grandes días (y noches), compartidos con grandes personas. Si habrán pasado cosas, que hasta cuento un año más de existencia...
Pero de vuelta a casa, he emprendido un nuevo proyecto. Se trata de lo que anuncia el título: "La Música de las Ruinas". Un título algo poético y místico para referirme a mi primera sección regular escrita sobre música. Su existencia siempre había rondado por mi cabeza, pero su materialización ha sido posible gracias a la Red y la oportunidad que brinda de conocer personas con ideas.
Así, en la comunidad "The Black Rose", un sitio abierto a todos, con variedad de contenidos y sobretodo, con gente con ganas de hacer cosas, es donde se ubica esta sección. Os invito a que echéis un vistazo, y no sólo a esta Música de las Ruinas, donde daré raciones (digeribles) de música desde la Edad Media hasta el s.XVIII, sino a toda la página, producto del esfuerzo de mentes inquietas; y de la que cualquiera de vosotros puede ser partícipe tal como lo soy yo.
Os enlazo con la página y en la sección de música podréis encontrar esta pequeña aportación, que espero vaya creciendo, que es "La Música de las Ruinas".
http://theblackrose.iespana.es
PD: Se aceptan sugerencias!
viernes, 30 de marzo de 2007
martes, 20 de marzo de 2007
Lecciones de Pedagogía
Experiencia desagradable.
Nunca he sido una persona que haya presumido de sus logros y he evitado toda pedantería, pero esta vez he tropezado con alguien que simplemente ha despreciado mi trabajo, mi esfuerzo, que en definitiva es lo que me hace ser yo. Y ha sido una de las sensaciones más asquerosas que he tenido nunca.
Realmente, lo que ha hecho esa persona es abusar de su posición; reafirmarse sobre un escalafón de superioridad que no debe tener demasiado claro cuando necesita constantes pruebas de ello. Presentarse como pedagogo ante una clase, disfrazarse de progresista, de persona comprensiva y accesible; para luego en una reunión privada demostrar todo lo contrario, despreciando absolutamente un trabajo de varios años...
La rabia y la impotencia son inmensas. Afortunadamente, tengo la suficiente confianza en mí misma como para saber que la inseguridad la tiene esta persona y no yo; sobretodo al saber que tras dicha reunión se llevó un berrinche impresionante; probablemente por toparse con alguien que supo defender su trabajo y no dejarse embaucar por una labia ágil.
Da la impresión de que ESMUC sea una casa de putas. Igual lo es.
Nunca he sido una persona que haya presumido de sus logros y he evitado toda pedantería, pero esta vez he tropezado con alguien que simplemente ha despreciado mi trabajo, mi esfuerzo, que en definitiva es lo que me hace ser yo. Y ha sido una de las sensaciones más asquerosas que he tenido nunca.
Realmente, lo que ha hecho esa persona es abusar de su posición; reafirmarse sobre un escalafón de superioridad que no debe tener demasiado claro cuando necesita constantes pruebas de ello. Presentarse como pedagogo ante una clase, disfrazarse de progresista, de persona comprensiva y accesible; para luego en una reunión privada demostrar todo lo contrario, despreciando absolutamente un trabajo de varios años...
La rabia y la impotencia son inmensas. Afortunadamente, tengo la suficiente confianza en mí misma como para saber que la inseguridad la tiene esta persona y no yo; sobretodo al saber que tras dicha reunión se llevó un berrinche impresionante; probablemente por toparse con alguien que supo defender su trabajo y no dejarse embaucar por una labia ágil.
Da la impresión de que ESMUC sea una casa de putas. Igual lo es.
domingo, 4 de marzo de 2007
Shine On
¿Porqué será que cuando no estamos finos anímicamente hablando, en vez de buscar música que nos alegre, buscamos ahondar en nosotros a través de ella?
Yo creo, y esto ya no es ningún artículo de corte musicológico, sino una opinión personal, que es una de las capacidades mágicas que tiene la música y no alcanzamos a comprender nunca: la empatía con los sentimientos. En ocasiones, no seríamos capaces de explicar cómo nos sentimos, pero sí podríamos señalar una canción con la que nos identificaríamos, y con ello ya no habría palabras que añadir.
Os dejo un regalito. Esta canción va para aquellos que andéis decaídos o desanimados, a ver si poco a poco, se cuela por vuestros oídos y os hace comprenderos por unos minutos mejor a vosotros mismos. Y es que al final, todos acabamos por estar hechos de la misma pasta...
Un abrazo.
Yo creo, y esto ya no es ningún artículo de corte musicológico, sino una opinión personal, que es una de las capacidades mágicas que tiene la música y no alcanzamos a comprender nunca: la empatía con los sentimientos. En ocasiones, no seríamos capaces de explicar cómo nos sentimos, pero sí podríamos señalar una canción con la que nos identificaríamos, y con ello ya no habría palabras que añadir.
Os dejo un regalito. Esta canción va para aquellos que andéis decaídos o desanimados, a ver si poco a poco, se cuela por vuestros oídos y os hace comprenderos por unos minutos mejor a vosotros mismos. Y es que al final, todos acabamos por estar hechos de la misma pasta...
Un abrazo.
viernes, 2 de marzo de 2007
"Orgullo auténtico"
Desde los orígenes del género, se asocia el rock a la autenticidad. Catalogado como opuesto al pop, mientras que este último se considera producto prefabricado, conservador musicalmente hablando, orientado a un público familiar o adolescente y un oficio más que un arte, con rock se asocian las ideas opuestas: original, sincero, más adulto, y la palabra clave: auténtico.
Pero, ¿es ahora esa distinción tan clara? Encendemos la tele, o la radio. Dentro de los mismos chavales, no todo es pop. Probablemente las niñas de 15 años que escucharan hoy BackStreet Boys se cachondearían de mí hasta el extremo. Por ñoña. Hay que ser auténtico.
Por ello, ahora toca consumir productos tan "auténticos" como grupos de adolescentes rockeros, que cantan que la vida es una mierda, y visten todos con ropa de Camden. Y, ¿no os da la sensación de que grupos como Simple Plan, Busted y cía son todos enormemente parecidos? Sin embargo, siguen llevando la bandera de la autenticidad rockera.
Por otra parte, la comercialidad (aunque este concepto sería cuestión de otras tantas páginas) del pop también resulta relativa en ocasiones. El género se ha vuelto tan familiar y cotidiano, que muchos artistas se sirven de él como medio de expresión personal, dejando de ser "oficio", para pasar a ser "arte". ¿No sería entonces, más auténtico? Como suele pasar, nos fallan las etiquetas...
Para terminar, una anécdota que me hizo pensar. Ayer fui a ver el concierto que la banda Lordi ofreció en Barcelona, teloneados por los amigos BadWay. Su salto a la popularidad lo tuvieron el año pasado, en un contexto tan petardo para nosotros como el Festival de Eurovisión. Pese a ello, son una buena banda de rock duro, que realmente hicieron un corto pero muy buen concierto.
La anécdota en cuestión fue el ver a cantidad de gente con camisetas de grupos como Testament, Cradle of Filth, Dimmu Borgir... y demás, todos ellos más "cañeros" y "auténticos" que Lordi. De alguna manera, se me figuró una voluntad de defender el "orgullo auténtico": "Aunque esté en este concierto, soy mucho más duro. Y sino, mira mi camiseta".
Pero, ¿es ahora esa distinción tan clara? Encendemos la tele, o la radio. Dentro de los mismos chavales, no todo es pop. Probablemente las niñas de 15 años que escucharan hoy BackStreet Boys se cachondearían de mí hasta el extremo. Por ñoña. Hay que ser auténtico.
Por ello, ahora toca consumir productos tan "auténticos" como grupos de adolescentes rockeros, que cantan que la vida es una mierda, y visten todos con ropa de Camden. Y, ¿no os da la sensación de que grupos como Simple Plan, Busted y cía son todos enormemente parecidos? Sin embargo, siguen llevando la bandera de la autenticidad rockera.
Por otra parte, la comercialidad (aunque este concepto sería cuestión de otras tantas páginas) del pop también resulta relativa en ocasiones. El género se ha vuelto tan familiar y cotidiano, que muchos artistas se sirven de él como medio de expresión personal, dejando de ser "oficio", para pasar a ser "arte". ¿No sería entonces, más auténtico? Como suele pasar, nos fallan las etiquetas...
Para terminar, una anécdota que me hizo pensar. Ayer fui a ver el concierto que la banda Lordi ofreció en Barcelona, teloneados por los amigos BadWay. Su salto a la popularidad lo tuvieron el año pasado, en un contexto tan petardo para nosotros como el Festival de Eurovisión. Pese a ello, son una buena banda de rock duro, que realmente hicieron un corto pero muy buen concierto.
La anécdota en cuestión fue el ver a cantidad de gente con camisetas de grupos como Testament, Cradle of Filth, Dimmu Borgir... y demás, todos ellos más "cañeros" y "auténticos" que Lordi. De alguna manera, se me figuró una voluntad de defender el "orgullo auténtico": "Aunque esté en este concierto, soy mucho más duro. Y sino, mira mi camiseta".
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