Ayer tuve oportunidad de asistir al concierto que ofrecieron los Dream Theater en Badalona. Como he anunciado en el apartado dedicado a próximas entregas, lo comentaré más en profundidad más adelante.
El caso es que me hizo reflexionar sobre otro concierto, mucho más modesto en cuanto a medios, al que asistí y no había comentado aún en esta casa de muñecas.
Se trata de la actuación de "Devil's Slingshot" en la sala Apolo 2, hace unas semanas. El nombre, como a mí en un principio, igual te puede dejar igual que estabas, pero quizás si decimos que se trata de una banda compuesta por Billy Sheehan (bajo), Tony McAlpine (guitarra) y Virgil Donati (batería), te puedes ir situando más dentro de los grandes del hard rock.
Cuando me propusieron ir a este concierto, pensé que mi condición de melómana me estaba poniendo en un aprieto: no sé decir que no a ir a ningún concierto (ni que sea Bartolo con su flauta), pero un concierto instrumental de un mínimo de 90 minutos conociendo el nivel de virtuosismo de los participantes, se me antojaba un posible aburrimiento máximo de lucimientos individuales sin excusa "musical" alguna. Pero finalmente pensé: son músicos de nivel, algo bueno tendrán que ofrecer, así que...
Casi sin querer, me encontré metida en uno de los conciertos que más he disfrutado nunca. Temas bien hilados, con cada músico en su papel, sin abusar de virtuosismo innecesario, seduciendo más que enseñando. Se intuía ese nivel del que ninguno se quedaba atrás, pero sobretodo buen gusto. Supieron crear una atmósfera en la que el escaso público que allí nos encontrábamos disfrutamos al máximo, implicándonos en aquella música con base rítmica impecable, interesante y atractiva, líneas melódicas emotivas y riffs endiablados, con los que sacudirnos como si de cualquier banda de masas se tratara. Eso sí, con un nivel musical mucho más elaborado.
¿Qué quiero decir con eso? Que allí el oyente importaba; que la música estaba hecha no sólo para el lucimiento de los intérpretes, sino para el que estaba al otro lado. Que se puede contar con el espectador e impresionarlo sin necesidad de abrumarlo con cambios métricos que sólo la banda entiende, o patrones con primacía suprema de la velocidad más innecesaria. (Y con esto igual intuís por donde va mi impresión del concierto de DT que citaba al principio...) Y el resultado global nota esta diferencia...
De todas formas una única queja sobre este concierto, no imputable a los músicos: la escasa difusión y promoción del evento. Se me remueve el alma cuando en actuaciones como ésta, con personas de este nivel, apenas se juntan 200 personas (si llegaba...). La única manera de descubrir el evento era por el tradicional método del boca oreja: claramente injusto e insuficiente. Suspenso a los promotores.
PD: Os dejo un enlace a una crítica de un espectador del concierto de Madrid: http://www.rzk-voyager.com/concerts/index.php?nLang=3&id=144
PD2: Y el MySpace de la banda: http://www.myspace.com/devilsslingshot
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