He de confesarlo. No albergaba muchas esperanzas respecto a este álbum. Su single de presentación, Bring the light, pese a que me sorprendió por su sonido, con cierto aire retro (al que por otra parte contribuía el artwork de su portada), no consiguió engancharme. Pero tras haber escuchado el disco completo, me alegro de haberme equivocado.
Different Gear, Still Speeding es la muestra de que una carrera que cumple 17 años este 2011 no se forja sólo a base de suerte. Liam Gallagher, al frente de su nueva banda Beady Eye, presenta un disco de rock completo y ágil, que salta de un corte a otro con facilidad, alternando temas enérgicos como el que lo inaugura, Four Letter Word, con medios tiempos impecables como The Roller, recién estrenado tercer single. Por ahondar un poco más en esta diversidad, mencionar los contrastes que forman la inmediata Beatles and Stones, de final abrupto, con Bring the light, que escuchado junto al resto del álbum parece adquirir otra dimensión y tras ellas, For Anyone, que es sorprendentemente la canción de sonido más limpio, acústica y en esencia, pop hasta el extremo.
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Y al hilo de For Anyone, y enlazando con Kill for a dream, aparece una de las constantes en Liam Gallagher, y no sólo en esta nueva etapa: su admiración por los cuatro de Liverpool y en concreto, por John Lennon. De nuevo, esta influencia se deja ver sobretodo en temas como éstos, gracias a armonías tradicionales que no por habituales dejan de ser agradables, líneas melódicas claras y ritmos que traen a la mente, en ocasiones los sonidos de primeros de los 60, otras veces los cercanos a los 70 más propios de discos como Rubber Soul.
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Pero la crónica no estaría completa si no mencionáramos uno de los puntos inevitables a la hora de hablar de Beady Eye: su parentesco con Oasis. En este caso, si bien es cierto que la banda debutante se distancia de los últimos sonidos de su predecesora, cercanos incluso a la psicodelia, también lo es que remite a los sonidos de etapas anteriores, más propio de álbumes como Standing in the shoulder of giants.
De cualquier manera, y por mucho que nos pueda la nostalgia, Beady Eye y Oasis, son dos mundos distintos, muy cercanos, pero separados. Es por eso que, si no desprendemos de prejuicios y evitamos buscar la mano de Noel en los distintos cortes del álbum, nos encontraremos con un buen disco de rock de sonido británico y con más de un tema destacable. Y es que ser un Gallagher ni se compra ni se vende, se es, y punto.
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