sábado, 29 de enero de 2011

Una noche con Lori Meyers (28 ene. Sala Apolo)

Les esperábamos desde hace meses pero al fin este viernes 28, los granadinos Lori Meyers aterrizaron en la Sala Apolo de Barcelona. Precedidos de unos enérgicos aunque un tanto difusos Elastic Band, a eso de las nueve y media de la noche aparecieron en el escenario, donde durante algo más de dos horas el grupo se dedicó a disfrutar y a hacer disfrutar a un aforo completo, que pese a haber empezado la noche un tanto frío, acabó haciendo de la sala una gran fiesta pop.


Una de las incógnitas para muchos era si los sonidos nuevos que impregnan su último trabajo cuajarían en los directos, si casarían con los Lori del "Viaje de Estudios" o si, por el contrario, habrían evolucionado de tal manera que este último disco supusiera un punto y a parte también en sus directos. Pues bien, parece que estas dudas ya tienen respuesta. Y es que no sólo no abandonan sus principios sino que los integran perfectamente en el conjunto, y podemos decir que un gran número de temas como Hostal Pimodan, Tokio ya no nos quiere, La mujer esponja o Sus nuevos zapatos suenan mejor que nunca, con la voz de Noni más abierta, directa y precisa.


El punto tierno lo puso Luciérnagas y Mariposas, que contó con la colaboración de Santi y Juli de Love of Lesbian, que consiguió seguir subiendo la temperatura de la sala. Aunque la fiesta se desató completamente con los temas que se esperaban por primera vez, los pertenecientes a "Cuando el destino nos alcance": Televisión, Explícame, y sobretodo, Mi realidad y A-ha han vuelto, durante el cual se proyectó el recién estrenado vídeo del tema dirigido por Lyona, que también estuvo presente, lanzando cintas rosas al público.


La noche terminó con tremenda versión de La caza, de Juan y Junior, y como no podía ser de otra manera, Alta Fidelidad, que, tras palmearla a modo rumba, terminaron cantando con su acento granadino, cosa que le dio una frescura especial que nos hace incluso querer escuchar más canciones sin filtro, con esa autenticidad.


De cualquier manera, fuimos testigos de un concierto completo, vivido, disfrutado. Y es que, una de las grandes virtudes de Lori Meyers es La capacidad de emocionar y, sobretodo, de hacerte sonreír.

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